«Carne» debería ser mi primer libro en español, lo escribí aproximadamente alrededor del año 2008. El nombre del libro hace referencia a la película del excepcional director argentino Armando Bo protagonizada por Isabel Sarli en el papel principal.
Sin embargo, mi primer libro se convirtió en “Brotes pisoteados“, en la que trabajé durante el año 2014, dado a publicar a principios del año 2015, y reimpresa en una versión definitiva y que fuere luego ampliado en una segunda impresión en el año 2016. Las críticas fueron positivas, dicha obra se presentó en diversas exposiciones, entre otras en la Feria Internacional del Libro y varias fundaciones liberales.
“Carne” fue para mi no solo un libro difícil – se ha convertido en una parte de mi vida, una especie concentrada de emociones experimentadas (y a menudo muy destructivas). La experiencia fue muy importante para mi pero representó una instancia traumática en mi persona, y – quizás esto es lo más importante – la experiencia de inmersión total en el tema investigado, a punto de llegar a perderme a mí misma”. El libro «Brotes pisoteados», también basada en parte en mi propia experiencia de vida aunque en un grado mucho menor. Este libro se centra en diferentes tipos de organizaciones juveniles pro-gubernamentales y su participación en la construcción de las dictaduras totalitarias, autoritarias y teocráticas. Yo soy muy versada en la historia de este tipo de regímenes en el siglo XX, y se que sus acciones en relación con los jóvenes cala profundamente en ellos. El trabajo con mi libro «Brotes pisoteados» no requirió en mi una inmersión tan profunda y de largo plazo en el tema como “Carne”. Pero en este sentido, la realización de este último libre, fue mucho más tóxico, y por ello mi trabajo tuvo una elaboración más lenta y prolongada.
La estructura del este libro se convirtió en algo complicado a la hora de presentarlo. La base se divide en tres componentes: la práctica, la teoría y la historia.
La parte práctica incluye: las entrevistas, mi experiencia personal, el adentrarme en la “cocina interior” de la industria para los adultos, la inmigración ilegal, el tráfico de mujeres y de tipos relacionados con el tráfico ilícito, el contrabando de drogas y animales exóticos, entre otras cuestiones. Traté de hacer una cosa bastante compleja, esto es el estudio de la industria para adultos desde adentro, porfuera y en las redes de Internet. Era importante hacerme las preguntas correctas, y necesario desarrollar una metodología que permita evaluar y a notar características, encontrar patrones sociales, económicos y culturales, que estuvieran asociadas con la prostitución, la pornografía, el striptease, los discursos culturales ( que sirven a esta industria), la inmigración ilegal, la pobreza, y tantos otros factores. Para mayor comprensión en profundidad del problema, he cambiado por completo mi imagen: adopté un nombre artístico (abandonando por un tiempo mi nombre verdadero Kitty Sanders) y empecé a trabajar en ese sórdido mundo. Y empecé a trabajar como una persona que se conduce en el periodismo de investigación, y terminé como investigadora, emocional e intelectualmente involucrada en esto mundo bien cerrado y marginal (a pesar del glamour ostentoso). Estudié la situación en Rusia, el resto de Europa y en América Latina. Al mismo tiempo llevé varios proyectos de arte, desde el radical feminista y contra la pornografía hasta el pro-legal y pro-pornográfico, con el objeto de averiguar y encontrar la relación del público (como audiencia) a diferentes puntos de vista sobre industria para adultos.
En la parte teórica he aplicado diversos conceptos sociológicos, económicos, culturales, religiosas y feministas para responderme a mis propios interrogantes planteados en la parte práctica. He analizado una variedad de posiciones políticas y sociológicas sobre la industria para adultos, comenzando con ideas libertarias hasta las ideas de la izquierda. Era todavía bastante ingenua, que tenía la intención de encontrar una clave para resolver todos los problemas en la economía: en el período 2009 – 2012 en la cual me encontraba cerca del pensamiento “puro” libertario y pensaba que la legalización era automáticamente la mejor solución a cualquier problema. En varias cuestiones, sigo siendo partidaria de la legalización, pero con la “industria para adultos” me encontré con un serio obstáculo. La economía no responde a mis preguntas en esta esfera. Las medidas políticas como la prohibición de la prostitución total y la penalización del cliente hasta la legalización completa no ayudará a detener el tráfico humano. Por ejemplo, las mujeres trabajan por muy poco dinero y en condiciones de miseria. En los países ultra – conservadores como Arabia Saudí (donde cada año mueren muchas mujeres a las cuales, violan y golpean, y que son traídas desde Indonesia para trabajar en aquél país en la prostitución); como así también sucede en en los países pobres como Ucrania, Bielorrusia, Honduras y la República Dominicana, donde las instituciones públicas son muy débiles para prevenir o evitar este flagelo. No obstante ello también, ocurre en países muy prósperos y liberales como Holanda, Panamá y los Estados Unidos de América.
En general, las preguntas y las respuestas son muchas. Pero, la fórmula básica de la “falta de poder de las mujeres” y ” la condición inherentemente criminal e inhumana de la industria para adultos”, en mi opinión, se formula de la siguiente manera: el papel del Estado en la política cultural, económica y familiar no reconoce ningún precedente histórico de privatización ni cultural ni económico de las mujeres a sus propios cuerpos. Al Estado – no importa si son débiles o fuertes, centralizados o federales -, tienen como único interés el mantener a las mujeres como una fuente importante de su función reproductora, bajo el control total, para llevar a cabo con eficacia sus objetivos estratégicos.
Pero el Estado no quiere pagar esta función porque se ve a sí mismo como propietario, preferirían pagar las primas mínimas a los hombres, ya que es con ellos donde dese el principio consistió el acuerdo de fusión en estados centralizados (eran los hombres quienes solían ser capaces de influir en las decisiones de política y ocupar cargos administrativos, en tanto que las mujeres a menudo fueron privadas de tales oportunidades). Este enfoque se ha establecido firmemente en la estructura de lo que se llama la “familia tradicional”. De hecho, por supuesto, en realidad no existe el concepto de la “familia tradicional” ya que en las diferentes etapas históricas del Estado cada vez más nacionalizados en su carácter de ciudadanos, integrados en familias, que en distintas etapas de la vida social son denominadas bajo la figura de la “familia tradicional” que se corresponden asimismo con el grado de control estatal y la estrategia del Estado según la etapa de la historia en que se encuentre. Por ejemplo, en los países agrícolas la “familia tradicional” se compone como agricultura campesina, y con muchos hijos, minetras que en los países urbanizados la “familia tradicional” son denominados “célula”, que incluye marido, mujer con uno y hasta tres hijos. En la transición de un estado agrario respecto de las zonas urbanas e industriales, surgen los conflictos entre los clanes conservadores. Los agrarios, patrocinados por los latifundistas y el apoyo de los campesinos, eran acusados por los “urbanos” de inmoralidades y de ser destructores de las tradiciones. Por el otro lado, los conservadores urbanos, que en general estaban representadas por los indusriales, eran respectivamente acusados por sus opositores “agrarios” imputándoles hechos como la corrupción, el robo, el separatismo, el desafío inmoral de los derechos humanos y el regionalismo. Esto se demostró claramente durante la guerra civil americana, como así también en el período de la revolución industrial de Juan Perón en Argentina, o bien en el caso de la reforma muy radical por parte de Gabriel González Videla en Chile. En éste último caso cabe indicar que durante esta reforma se sucedieron varios hechos, llevados a cabo de manera efectiva, tal como ser la urbanización, la industrialización y la contribución sobresaliente a la construcción nacional, que complementó la igualación de los derechos entre las mujeres y los hombres. En esa conquista igualitaria, por ejemplo, las mujeres tuvieron el derecho a participar en las elecciones. Además, Chile fue el primero entre todos los países de América Latina en reconocer el nombramiento de las mujeres para ejercer cargos públicos).
Si en el inicio de su concepción el Estado no existía, o bien fueron más débiles que las comunidades, lo que llevó a los líderes (señores feudales, los jefes de las tribus, o incluso otros), el promover el desarrollo y el crecimiento, por otro lado se privatizó la comunidad, exigiendo el pago de bonificaciones a sus antiguos líderes. La gran mayoría de las comunidades (ya sea el griego antiguo “fraternidad de los hombres”, estructuras de la mafia-militar, o comunidades campesinas) se conformó un concepto tanto sociológico como familiar, basado en la prioridad de la fuerza física, la experiencia militar y la expropiación de las mujeres como propiedad. Las mujeres tienen prohibido participar de la vida pública, por lo que “pierdan” así todo los posibilidades de su pleno desarrollo. Mientras tanto, el proceso de centralización del Estado y la “nacionalización” de los ciudadanos sigue siendo profundizado; que en el siglo XX alcanzó la forma del totalitarismo – es decir, verdadero intento de nacionalizar incluso la mente humana- En última instancia, todas las personas tienen sus bonificaciones y regalos como la compensación de la pérdida de poder de la comunidad y la delegación de facultades en el Estado, excepto a las mujeres. Por supuesto, periódicamente las mujeres fueron no obstante obteniendo progresos y derechos como ser el derecho de propiedad (varios siglos posteriores a ese derecho ejercido exclusivamente por hombres), el derecho a la educación (más recientemente) los derechos de voto (en el siglo pasado). Pero, nunca ocurrió la privatización de las mujeres a si mismas, con plena apropiación de sus propios cuerpos, los recursos intelectuales, culturales, psicológicos y físicos, incluyendo la propia función reproductiva.
El cuerpo de la mujer todavía está prohibido y sacro, y la santidad (sacro) se juega aún en el marco de la función represiva, sin observarse ningún rasgo positivo en ella. Los intentos de las mujeres para formar sus propios discursos se enfrentan a la persecución salvaje, la agresión y, a menudo, a los femicidios. Y no sólo en los países religiosos atrasados o en aquèllos países en vìa de desarrollo tanto de Asia como de África, sino también en el gran desarrollo de los Estados Unidos de América, donde las ejecuciones masivas de mujeres y homicidios basados en el odio ha sucedido en reiteradas ocasiones. Cualquier medida adoptada respecto de las mujeres sobre privatización de sus propios recursos principalmente son o bien devaluados o bien directamente prohibidos. Existen excepciones en algunos países de Europa, Canadá, Estados Unidos y, en parte, los países de América Latina, que tratando de encontrar un compromiso entre la Iglesia Católica y el interés del Estado sobre los recursos reproductivos y los derechos de las mujeres intentan llegar a un punto de conciliación. No obstante, ello no es suficiente, y las medidas adoptadas son en su mayoría de carácter “desganado” por así decirlo, y otro tanto táctico, por partes iguales. Los intentos de cambiar radicalmente a la situación o resistir el uso de las mujeres y el tráfico humano para terminar están fracasando para una variedad de personas en diferentes partes del mundo. Por ejemplo, en la República Argentina las activistas feministas murieron, mientras que en Europa se echa a perder su reputación a través del uso de los recursos de los denominados “Sindicatos de Trabajadores del Sexo” que lideran usualmente los proxenetas, traficantes y otras personas beneficiarias de la explotación. En el Medio Oriente, no existe preocupación por esas “pequeñeces” – si se me admite el término – , como el reconocimient de los derechos de la mujer y la inadmisibilidad de la esclavitud. Por ejemplo, el Estado Islámico (ISIS) simplemente nacionalizo a todas las mujeres obligándolas a prostituirse, citando la retórica yihadista. El fenómeno de la “prostitución islámico” en mi libro está dedicado en un artículo separado.
Yo misma he debido enfrentarme en varias ocasiones con la oposición y la agresión, tanto del lado del Estado como de los beneficiarios del sistema existente, ha sucedido en mi persona tanto en la C.E.I. como así también en América Latina. Afortunadamente, siempre he sido apoyada y respaldada por colegas periodistas, personalidades de la cultura y simplemente amigos poderosos. Es especialmente valioso resaltar que muchos de ellos, no me conocían como Kitty Sander, ni tampoco mi labor de investigadora y autora. Para ellos yo era una simple y buena amiga que trabaja en una esfera bastante cuestionable (como por ejemplo haciendo striptease) – y, sin embargo, su ayuda fue muy valiosa, y en algunos casos – decisiva. Muchos de ellos me apoyaron moralmente – y ello también tiene un gran valor, dado que el año 2013 me había concentrado y refugiado en el último esfuerzo: el mismo año que estudié la situación en Brasil, yo sentía íntimamente que era una “muerta psicológicamente”. Ayudada sólo por amigos, y por amigas fiables y concentrada en plena introspección procedí a escribir cuentos literarios de estilo cyberpunk, algunos de los cuales pronto serán publicados en forma de un libro “La negra melancolía del corazón ruso”. También debo señalar un hecho sorprendente: la Iglesia Católica, a pesar de las dificultades en las relaciones con las mujeres, hacen mucho para la rehabilitación y socialización de las ex trabajadoras de la industria para adultos, sin qué éstos estuvieran martillando sobre las mentes de las mujeres con Jesucristo, no hicieron uso de métodos violentos, fuertes o bien con desdén. La posición de muchas organizaciones católicas, algunas de las cuales tuve el honor de trabajar con ellas, puedo expresarla de la siguiente manera: el camino elegido por estas mujeres no es el correcto, sin embargo, la tarea de las organizaciones católicas consisten en ayudar, y no en la de condenar. Y esto considero es muy importante recalcarlo.
La parte histórica responde a las preguntas de cómo se formó el sistema actual. Se analizan las “soluciones sencillas”, como las que ofrecen los socialistas y la nueva izquierda; que explica por qué los liberales, estatistas clásicos, y la izquierda no van a hacer nada en serio para lograr el objetivo de la “privatización de la mujer en sí misma en cuanto entidad femenina”. Especialmente he considerado con detalle el problema en el siglo XX, etapa muy rica respecto de la información publicada. Me explayo de forma detallada, respecto de las distintas estapas de la Unión Soviética como así también la de Rusa en los años 1990 – 2000. También me refiero a Indonesia en los períodos de dominio colonial, los tiempos del orden viejo y el orden nuevo; estudio la temática en América Latina; la Europa fascista y post-fascista. Por supuesto, estudio el seguimiento de las mutaciones a una gran variedad de Männerbund’s. También analizo la transformación del paradigma cristiano -tradicional de los “padres” (el patriarcado clásico) y en el “paradigma de los hijos”, donde prefiero utilizar el término “machismo”. De hecho, el machismo constituye los derechos de la propiedad, reproductivos y de la represión delegando en gran medida al hijo mayor, o varios hijos estos beneficios. También hice bastante extenso el análisis cultural, basado en el lenguaje semántico de cine en diferentes países, desde Indonesia a Colombia.
¿El libro «Carne» dará respuestas a preguntas críticas? Tal vez. Mi objetivo no era crear una receta perfecta – que simplemente no existe -. De hecho, «Carne» es una gran investigación de los prerrequisitos y los sistemas socioeconómicos, que llevaron al estado actual de las cosas. Mi libro se distingue a los miles de investigaciones de estos temas en estos únicos dos puntos: práctica y participación personal. Puedo rebatir los argumentos de cualquier teórico, porque yo conozco la situación por haberla vivido desde adentro, conozco qué cables submarinos ligan a los diferentes mercados alternativos (negros) y el papel que desempeña el Estado; cómo la policía y los funcionarios intervienen en este proceso y como paralelamente ellos utilizan la “tarjeta” xenófoba y racista, para aumentar sus beneficios. Sé sobre el estado real de las mujeres en la industria, ya que durante mucho tiempo para comunicarse con tales, se me ocurrió experimentar una variedad de situaciones con ellas: así la quita de documentos e interrogatorios por la policía pasando por salvar a algunas de ellas después de una sobredosis de cocaína. Sé cuántos cosas ellas consumen para tener la aparencia de una “vida feliz”, yo vi realmente como “hacían” la pornografía, y daban cumplimiento a los contratos o bien cumplimientos de acuerdos en la esfera para los adultos, tanto en Estados Unidos, como en Brasil y en muchos otros países. Durante esta investigación y por mi propia vivencia, yo era capaz de llegar a algunas de las cuestiones clave, que aclaran porque la “industria para adultos” no es un fenómeno de mercado. Como la esclavitud, los campos de concentración o instituciones de trabajo forzoso tampoco forman parte del mercado debido al carácter involuntario del “contrato”, y también respecto de la denominada “industria para adultos”. Este fenómeno no puede ser considerado como una parte normal del mercado mundial porque tiene demasiada coacción e involuntariedad. A pesar de sus beneficiarios a quienes les gustaría mucho mostrar que esta industria es libertaria, libre, revestida de cierto glamour y de carácter voluntario. En la parte superior de esta industria que incluye a costosos clubes de lujo, que sí es realmente más o menos voluntaria, la práctica de llevar a las mujeres por el camino del alcohol y las drogas existe. También, los clubes caros son tan solo el dos o tres por ciento de la industria para adultos.
La legalización de esta industria, obviamente, no va a resolver el problema, prueba de ello es que no ha sido una solución ni en Holanda ni en Nevada. Es decir, para el beneficio será más eficaz, pero la propia industria no se convierte en una “profesión” o “negocio” y menos aún la realización del “principio de igualdad”. En torno a ella se reunirán constantemente la delincuencia, el tráfico de personas y la migración ilegal que han existido por siempre.
Prohibición de esta industria también es no dar un efecto significativo: los burdeles tendrán un régimen subterráneo; las chicas no solo mantienen conflictos y problemas con sus “empleadores”, sino también con el Estado; y también surge como una constante conflictividad la que poseen respecto de los clientes agresivos, que siempre van en la búsqueda de personas marginadas, y con quienes expresan y vuelcan sobre ellas sus propias frustraciones. En atención a la prohibición de burdeles o clubes de striptease son estas también una decisión bastante polémica. En primer lugar, el Estado no debe conseguir una oportunidad para prohibir. Porque por un lado, se puede aplastar a la industria por sí misma, pero por el otro fácilmente podría comenzar a aplicar medidas restrictivas en relación a la normal en los mecanismos de mercado y en otras áreas de la economía que utilizan estos poderes inflados. En segundo lugar, en Argentina, Rusia e Islandia estas prohibiciones realmente no ayudan en lo absoluto. Los burdeles fueron una revelación para convertir a las niñas en la verdadera “carne”, mientras que en los strip -clubes en Reykjavik siguen operando, pero cambiando los nombres o denominaciones.
Estrictamente hablando, no creo que la situación vaya en modo alguno a cambiar con la legalización o prohibición, debido a que el fenómeno de la industria para adultos se basa en el hecho de que todos las trabajadoras no poseen “derecho a su propio cuerpo”. Asimismo no advierten ellas mismas ser poseedoras de ese derecho, siendo que tanto el paradigma cultural como el social apoyan claramente tal situación. Es imposible comenzar a vender lo que no tienen. Como no se puede vender un apartamento, que cualquier persona tiene derecho a alquilar, ya que no es el suyo y se le permite solo vivir con la condición de pagos mensuales. En el caso que nos ocupa el cuerpo de la mujer no pertenece a ella – ella sólo lo utiliza, teniendo un alquiler (o préstamo) de su marido, el patriarca o Estado. Ella tendrá derecho a su propio cuerpo después de dar a luz a más niños, y pierde toda posibilidad de una vida independiente. Este principio hipócrita se utiliza en todo. Es conocido el refrán que constituye todo un paradigma cultural, el cual refiere que “la mujer se convierte en una mujer sólo después de dar a luz a un niño”. Las mujeres desde su niñez forman con el conocimiento propio de su aparente inutilidad, mas la rigidez social, la estrecha conjunción como una “madre – esposa –paisaje”. Los cuerpos de muchas mujeres simplemente no les pertenecen a ellas mismas – es por eso que las prostitutas pacientemente soportaron la violencia en sí mismas. Los límites de su personalidad son totalmente destruidas; pero con el fin de entender esto, es necesario pasar por los procesos que han quebrado a la mujer como tal. Y mas tiene que tener la capacidad por tanto de empatizar y tener conocimientos en la esfera de la psicología, la sociología y la historia.
¿Qué hacer? Creo que el problema es en gran parte resolverlo por su propia aclaración. Industria para adultos, a pesar de su posición “legalista” y las historias pagadas de sus periodistas, devienen en una concepción totalmente violenta, criminal, corrupta y que navega en una zona de sombra. Está estrechamente relacionado con la inmigración ilegal, el fraude con documentos (por ejemplo, a mi me quitaron violentamente mis documentos dos veces y me entregaron otros papeles para un nombre diferente, lo cual es suficiente para la demostración de la policía, pero que no obstante n o puede salir del país), la violencia, el tráfico de drogas, entre otras. La apertura de los vínculos profundos entre estas esferas criminales y arrojar algo de luz sobre lo que está sucediendo dentro de la industria adulta ayudaría a solucionar el problema mucho más rápido que las medidas prohibitivas, que sólo atraen a los delincuentes y funcionarios corruptos. También es muy importante formar a una “paradigma femenino” en la educación. Paradigma en el sentido que no debe educarse a las niñas como si solo fueran una madre y una hermosa imagen que viene con su marido, sino ser conceptuada definitivamente como un ser humano con sus intereses, aficiones, cualidades personales, que tiene un género grupal, reconociendo que encuentra en este mundo difícil defender sus puntos de vista; y lo más importante que puede formar nuevos discursos propiamente suyos, y promoviendo sus propias ideas sociales capaces de competir con los ya existentes. El siguiente paso muy importante es la desacralización de las mujeres. Esta es la tercera fundación, en el que tiene sentido para construir una “construcción” de igualdad plena. Que no existe más el mote de “mujer – es una princesa”. No hay ninguna “princesa”, “diosa”, y otros estereotipos, dejar de negar los excrementos de las mujeres, las secreciones corporales. Basta a “predestinación femenina”, o delirios acerca de “en el siglo XII, las mujeres dieron a luz en el campo abierto, y vivió hasta los cien años”, dejar al esencialismo y percepción grave de los libros románticos, princesas y caballeros. Basta de “la mujer debe dar a luz” o “una mujer no debe hacer 50.000 puntos” (la mitad de los cuales se contradicen entre sí, y la otra mitad – se requiere para una vida plena). Desacralización, la humanización, la privatización total por las mujeres de su personalidad, sus cuerpos y perspectivas, estos son en definitiva los nuevos paradigmas.
Pretendo publicar «Carne» en el año 2016, pero es factible que la misma no vea la luz editorial sino recién en el año 2017, porque siempre tengo que editar y refinar los diversos fragmentos del libro, y la corrección de pruebas todavía no ha tenido lugar para dar un texto final, es decir, definitivo. Debido a ello, he decidido publicar de vez en cuando extractos del libro y que publico en el sitio web bookcarne.com.